La barra...

- Realmente el humano me dió sed, y sé que estamos en Forks, pero ellos no son de aca, estan de vacaciones, así que dentro de un rato lo sacaré del pueblo y lo "cazaré", solo quería avisarte-le dije.

- Está bien - le sonreí. -. ¿Hasta donde lo vas a alejar?

- Estaba pensando no muy lejos, pero lo sufiente como para no toparme con níngun Cullen o algun licántropo, por si las dudas, ¿No?-la miré- ¿Qué haras con tu humano?

- Igual preocupate más por los licántropos, ya sabes como son con el tema - dije, poniendo los ojos en blanco -. Todavía no sé qué hacer con Felipe. Por un lado me da lastima porque el tenía novia y estaban bastante bien ¿no? Pero por el otro lado, mis instintos me obligan a merendarmelo. Y tampoco me quiero volver adicta a la caza. Sino serían dos humanos en menos de una semana.

- No te preocupes, es nuestra naturaleza. Además, si no queres merendar a Felipe, no hay problema, aunque después de conocerte muy dificil que vuelva con su novia-le dije riendo.

Sonreí.
- Pobre chica .. - murmuré, viendo hacia la barra, como la humana intentaba convencer a su novio de que se marcharan -. Felipe de verdad es muy lindo. Lastima que sea tan sumiso - reí entre dientes.

Reí suavemente.
- Si la quiere, volverá-le dije, aunque no estaba muy segura de eso.

- Tal vez - dije.

- Bueno, ¿Entramos?-le pregunté.

- Sí - dije. Y volvi a entrar (?

Al entrar ví que Alan tomaba su trago, me acerqué y tomé mi vaso, y como si nada volví a retomar la conversación.
- Me decías, ¿Qué edad tenes?

Cuando regresé, la novia de Felipe me miró con odio, y me empezó a gritar.
- ¿Quien te crees que sos para sacarme a mi novio asi? Te voy a romper la cara - esas fueron las palabras más suaves, ya que lo demás eran insultos. Alcé las cejas y me quedé allí, sin mover un pelo, esperando a que terminara.

La chica dejó de gritar y me fulminó con la mirada.
- ¿Terminaste? - le dije, sonriendo.
- NO! - volvió a gritar, y puse los ojos en blanco. Esperé unos minutos más. Cuando al fin se calló, su pecho subia y bajaba, y su cara estaba desencajada de rabia.
- Karen! - exclamó Felipe, atónito. Lo callé con un ademán, y acerqué mi cara a la de la chica.
- No comprendo cómo te podes rebajar así - le murmuré serenamente, para que solo ella (y Romil) puedan oirme, y clavando la mirada en sus ojos -. Por favor, Karen, es solo un chico más. ¿Crees que es el unico que te va a dar bola? Sos linda, tenes carisma. No hubiera tratado de seducirlo si no estuviera segura que podes conseguir otro mejor. - me enderecé y la miré, satisfecha. Karen se habia dejado adular, y ahora miraba el suelo, visiblemente pensando en mis palabras.

Un momento de silencio. Felipe nos miraba alternativamente, yo miraba a Karen, y ella miraba el suelo.
- Hum.. Hasta luego - murmuró. Dio media vuelta, tomó de la remera a su amiga y salieron del bar.
- Karen? - dijo Felipe, confundido -. ¿Qué le dijiste? - me preguntó.
- ¿Vas a dejar que escape? - exclamé, fingiendo asombro. Le pellizqué una mejilla -. Te re gusta, no me lo vas a negar. Corre, que todavia estas a tiempo. - Sin darle lugar a que responda, lo empujé hacia la puerta.

Miré entre sorprendida y exasperada al chico que lloraba. Miré a Romil, inquiriendo en silencio una explicación a su actitud extraña.

Me tapé la boca con una mano y reí por lo bajo. Un sumiso y un cursi. Genial.
- Tranquilo, Alan. Alquilaré un disfraz de los Ositos Cariñosos para consolarte - solté, sin poder contenerme.

Reí hechando mi cabeza hacia atras, disimulando, pero no lo logré. Alan se secó las lágrimas y se dirijió hacia la puerta, buscando a sus amigos.
- Cuando queremos causar un desastré podemos-le dije a Maggie riendo.

- Perdona - le dije a Alan. Sin embargo, reia -. Jaj.. Perdonamee xD. Romil te adoro - agregué riendo y la di un abrazo.

Ahora ya no ocultaba mi risa, y largué una pequeña carcajada.
-¡Yo también, Maggie!-aun entre risas.

- Pensé que te lo ibas a comer - comenté, mirandola.

-Si, yo también, pero es más satisfactorio reirme de él-dije en tono gracioso.-Mañana ire de caza, pero me alejaré de esta zona.