La barra...

Le devolví la sonrisa y me giré para mirar otra vez al grupito, por encima del hombro.

- Voy primera-le dije guiñandole un ojo-Aprende de una maestra-susurré riendome, y me baje de mi silla, me encaminé hacia la mesa de los humanos y me acerqué una silla hacia ellos. La coloqué alreves y me senté. Los chicos me miraban sorprendidos, las chicas, celosas. Había una botella de cerveza, era de un chico ruliento, al parecer, eran todos mayor de 18. La tomé, y bebí un poco. Los jovenes, se sorprendieron por mi atrevimiento, y yo sonreí maliciosa, y les guiñé un ojo.
-Hola, lindos...-dije sonriendo, luego, me aparté, y volví con Maggie.

Reí divertida y miré con complicidad al amigo del chico ruliento, dirigiendole una sonrisa sensual, antes de pedir en la barra una cerveza.

-Son tan inofencivos estos humanos-le dije riendo- Acercáteles, muero por ser la espectadora!-opiné riendo.

- Paciencia - dije, antes de levantarme y sentarme en la silla que habia dejado Romil. -. ¿Tu nombre? - inquirí, al chico que habia mirado antes. Se ruborizó y miró a una de las chicas que lo acompañaban, que a su vez me lanzó una mirada asesina, que ignoré olimpicamente. -. Cariño, ¿Podrías decirme tu nombre? - repetí, melosamente.
- Fee-elipe - tartamudeó.

Reprimí una risotada, contagiada de Romil. Mantuve mi media sonrisa, con los ojos fijos en el humano.
- Un placer, Felipe - repuse ladeando un poco mi cabeza -. Soy Maggie - le tendí una mano, que estrechó tembloroso.

- Bueno, ahora regreso, bonito - dije, levantándome y guiñándole un ojo. -. No me extrañes. - Y volví a juntarme con Romil.

- Exelente, Mag, y yo pretendía enseñarte-la felicité riendome- La rubia que tu chico miró, es su novia, lo ví en los pensamientos de ambos, pero el chico se esta ilusionando, amiga!-le conté entre risas- Ahora ella esta pensando en venir a discutirte, mira como la frenan las otras chicas-y dirijí mi mirada hacia las otras chicas, que tomaban de los brazos a la rubia, mientras el chico, muy tranquilo y risueño, conversava sorprendido con el otro humano de rulos.

Reí con ganas. Le lancé una mirada a la rubia, como diciendo "atrevete a venir".
- Romil, estoy segura de que podes hacerlo tan bien o mejor que yo - le dije, sonriendo divertida.

- No dudes de mí, amiga-respondí, riendo, tome otro sorvo y me paré- veré si puedo poner celosa a la chica del ruliento, son como "amigovios"...-caminé, y volví a sentarme en aquella silla que yo había arrimado, sacudí mi cabello, y todos me miraron, hasta que la chica que yo pretendía molestar habló.
- Necesitas algo, querida?- dijo en tono brusco, pero yo le sonreí malvadamente.
- En realidad, sí, quería hablar con este chico lindo-dije guiñandole un ojo al ruliento- no te molesta, ¿no?
- No, no, no le molesta- dijo atropelladamente el chico aludido, sin mirar siquiera a la chica.
- ¡Alan!- protesto la chica.
La mire con cara de inocente, preguntandole con la mirada si se atrevia a decir algo más.

Reí por lo bajo, disfrutando del show.

Miré a Maggie, y formulé con los labios: "Nada mal ¿No?" y le sonreí. Me volví hacia el chico que se estaba levantandose de su silla, le dije:
- ¿Vamos a la barra?
-Si, si, claro.-volvió a decir atropelladamente.

Sonreí de lado.
- Feelii - canturreé con voz melosamente insoportable. El aludido pegó un salto, y se puso de pie, titubeando.

Me acerqué a la barra, los chicos se dirijían al mismo lugar.
- Tu nombre es Alan, ¿no?-le pregunté al chico de rulos.
-Sí, si.-respondió, tartamudeando. Mis preguntas le recordaban a un interrogatorio, y reí por eso.
- Soy Romilda-le dije, y antes de que pudiera decir algo añadí:- Ella es mi amiga Maggie.

- Ajá, un placer, Alan - dije, sin quitar la mirada de Felipe, que estaba colorado y tironeaba de la mano de su novia.
- Si vas, terminamos ¿Me ois? Es todo! - gritaba la chica, histerica. A pesar de todo, Felipe se liberó de ella y se acercó tambaleándose, como hipnotizado.

Miré el piso, conteniendo la risa.
- Bueno, chico lindo, ¿Qué beberas esta noche?-pregunté sin inocencia alguna.

Agarré la mano de Felipe y lo obligué a sentarse en una banqueta a mi lado.
- A.. a mi novia no le gusta mucho esto - murmuró.
- Tu ex-novia - le corregí, con enfasis en "ex". -. Dijo que si venias, terminaban, cariño. Ya la escuchaste. Veniste, asi que es una ruptura - sonreí seductoramente.
El chico se quedó embelesado mirandome antes de reaccionar.
- ¿Qué vas a tomar? Yo invito - tartamudeó.

Bebí de un sorvo lo que quedaba en el vaso, y mire al chico, que no hablaba, entonces le dije al barman:
- Creo que serán dos wiskis más, porfavor.

- Vino tinto, lindo - le dije a mi humano, antes de darme vuelta para sonreírle a Romil, divertida.

"Son tan fáciles", articule, y le guiñé un ojo al humano ruliento.
- Y bien-le dije alcanzandole su trago- ¿Qué edad tenes?

Reí por lo bajo, y miré al humano de Romil mientras Felipe pedía el vino y su bebida.

- En seguida vuelvo-le dije al ruliento y tomé a Maggie por el brazo y la conduje hacia la puerta de emergencia, hasta que los humanos no nos veían ni escuchaban.

Le tiré un beso a Felipe mientras me alejaba, que nos miraba con los vasos en las manos. Reí, y miré a Romil.
- ¿Qué pasa?