La barra...

Me acerqué con paso cautivador a la barra, mirando de reojo al cantinero.
- Vodka, por favor.
Él no me sonrió, ví su timidez en mi mente. Miré alrededor, había una pelea a pocas mesas de la barra.

Entré al bar, y vi rápidamente ua cara conocida. Me acerqué a la barra y me senté junto a Romil.
- Hola - la saludé.

Me giré para ver a Maggie.
- Hola, como estas?^^

- Bien, todo tranquilo - sonreí y me dirigí al cantinero amablemente -. Un vaso de vino tinto, por favor - el hombre enarcó una ceja, fijándose en mi apariencia. Aparentaba ser menor de edad, claro. Pasé un billete de $50 por encima del mostrador, muy disimuladamente, debajo de mi mano. Miré al hombre con elocuencia, casi amenazadoramente. El cantinero se limitó a tomar los $50 y a servirme el vaso de vino. Me volví hacia Romil, como si nada -. ¿Y tú cómo estás? ¿Qué cuentas de nuevo?

- Todo tranquilo por la zona, me topé con una Cullen... pero aun no pasa nada. Has sabido algo de Irlanda? Dicen que tienen problemas...

Me inquieto.
-¿Problemas? ¿Qué clase de problemas? - le doy un sorbo a mi vaso, mirando a Romil con los ojos como platos -. ¿Tiene que ver con mi clan? No debería haberlos dejado... Tengo que llamar a Siobhan... - sigo murmurando de manera nerviosa mientras busco mi celular.

-No, no fue con tu clan,-le dije rapidamente para calmarla, y luego mire mi vaso-un nomada estuvo causando unos problemas, ha consumido "más de la cuenta", de seguro ya controlaron todo.

Me tranquilizo, pero maldigo por lo bajo.
- Espero que no se haya acercado demasiado a Liam y a Siobhan.. mis compañeros de clan - aclaré, sonriendo. -. Ojalá tu.. bueno, los Vulturi no se topen con ellos - dije, sin saber qué clase de lazo mantenía la realeza vampirica entre sí.

-Suena como si fueramos los malos-dije un poco entre risas y otro poco seria.

- No - aclaro -. No me refería a eso. Quiero decir que mejor que no se encuentren con mi clan, ya que ellos siguen algo molestos por la última de los Cullen y la niña híbrida.

Lanzo un bufido, sin querer.
- Lo ganaron! Que más quieren ? -callé, recordé lo de Irina-Irina, no?

Trato de recordar.
- Creo que sí. Yo qué sé - sonrio, en un intento de calmar las aguas -. Pero bueno, hay que admitir que esa niña se gana fácilmente el cariño de todos.. ¿Por qué no estás con el resto de la Guardia? - pregunté de repente, mirando a Romil confusa.

- Me han pedido que venga para acá. Quieren tener vijilados a los licántropos, así que vine yo. La verdad, no me gusta estar lejos de Volterra, pero el deber es deber, no?-dije un poco riendo, y bebí un sorvo de mi trago.

- Síp - suspiré y también le di un sorbo a mi vaso de vino. Le dirigí una mirada asesina al cantinero, que limpiaba inocentemente unas copas, un poco más allá. Sonreí para mis adentros, sintiéndome apenas culpable.

Miré alrededor, había gente fumando, afortunadamente no afectaba mis pulmones ya muertos.
- Uff, que humadera...

Puse lo ojos en blanco.
- Hace un tiempo oí que decían que la sangre de los humanos fumadores no tiene tan buen sabor.. - recordé

Miré con sorpresa a la vampiro que se había acercado a nosotras. Al parecer, estaba demasiado compenetrada en la conversación que mantenía con Romil como para percatarme de la presencia de otras personas. Su rostro me resultaba vagamente familiar. Por el color de sus ojos, era una Cullen, sin duda.
- .. Ajá - balbuceé, todavia desconcertada -. ¿Y tú eres...?

Miré a Romil de soslayo.

Me quedé mirando a la mujer, esperando respuesta. Alcé las cejas.

-Creo que se ha ido.-dije, ya que la Cullen no volvia a hablar.

Me volví hacia la barra con las cejas alzadas.
- Eso fue raro - comenté.