Sedientas...

Llegamos a la oscuridad del bosque, Rose tenía los ojos negros, igual que yo.
Pusimos todos nuestros sentido alerta.
De pronto oí lo que me pareció una cierva, no muy grande que corría hacia la manada.
Osea que debía de haber más.
Que hambre...
-He oido a una cierva dirijirse hacia su manada por aqui...-le dije a Rose...

-Yo también.
Loco por el hambre como estaba no me pare a planear una táctica de caza con Alice directamente eche a correr en dirección donde estaba el ruido.

En un abrir y cerrar de ojos, Rosalie habia salido corriendo, en medio segundo llegé a su lado.
-Gracias por esperar, eh...- le dije, cuando visualicé a la cierva y al resto de la manada.
-Me pido a los grandes- le dije riendo.
Silenciosamente me lancé sobre el más grande que ví...

Alice se me adelanto, pero vi otro que se le notaba lo agobiado que estaba ese debería tener la sangre caliente y exquisita, sin pensármelo dos veces me abalance sobre él.

Al ciervo de lo asustado que estaba, la sangre le corría más rápidamente por su cuerpo.
Oí el borboteo de su sangre, mi garganta ardía en llamas.
Saqué mis dientes y se los clavé en el cuello, con una delicadeza nata.
Empecé a absorver, poco despues, el animal se quedó inerte, y empecé a absorver más rápidamente. Su sangre tenía un sabor dulzón, pero no tan apettitoso como el de la sagre humana.

Después de tanto tiempo sin beber el ciervo me sentó muy bien.
Con su sangre corriendo todavía por mi garganta me tiré al cuello de un ciervo bastante grande que intentaba huir, pero cuando le hinque los dientes el ciervo ya era mio y lo pude disfrutar y saborear.

Absorví toda la sangre del ciervo.
Aún estaba sedienta, pero no tanto para terminarme a un ciervo, y no quería malgastar la vida de un ciervo si no la iba a aprovechar. En ese momento pasó un conejo brincando.
-Que oportuno- dije para mis adentros.
Lo cojí sin mucho esfuerzo y le inqué el diente...

-Bueno Alice yo ya estoy satisfecha, ¿Regresamos?

-¿Por qué tienes tanta prisa Rose?
-Vamos a darnos una vuelta por favor, es que llevo todo el día encerrada...

-Estupendo yo también tengo ganas de quedarme a tomar el fresco.
Empece a andar esperando a que me siguiese.

Salí de la nada.
- Gracias por invitarme . dije, sonriendo sarcástico -.Vi los ciervos más allá.

- Pensaba cazar con con Alice y Rose - dije -. Pero parece que se adelantaron - sonreí, señalando con la cabeza los ciervos, más lejos.

-Yo voy con vosotros, ese ultimo ciervo me ha dejado con apetito. ¿Os importa que os acompañe?. Les pregunte

- No, acompañanos si quieres, Rose - le dije, antes de olfatear el aire.

-Me apunto... pero solo a mirar, que como beba otro litro más de sangre, rebiento

Sonrio
- No entiendo cómo haces para saciarte - le dije a Alice, antes de captar el olor de la manada de ciervos.

Les miré a todos pensando quien saldría antes corriendo y me pregunté si debería ser yo la primera pero espere a que otro se decidiese a coger el ciervo más grande.

Sin premeditarlo mucho, ataqué al más grande que quedaba. Presioné su yugular entre mis dientes antes que tuviera ocasión de reaccionar.

Le dije a Rose lo que más le iba a molestar
-Fea última- ya que se me habí abierto el apetito al oler a los ciervos...
-Tienes razón Jazz, aun no estoy lo suficientemente sedienta- y agarré a un ciervo por el cuello

Al ver que Jasper se le lanzo a uno yo me tiré al cuello de otro que tenía una pinta exquisita.
La sangre me brotaba por toda la boca era el más apetitoso que había probado ese día.

No le respondí a Alice. Estaba demasiado ocupado bebiendo la sangre del animal, e intentando no compararla con la humana.

Su sangre no era del todo dulce, no se porque pero estaba asquerosa...
-Puajj! creo a mi por hoy me basta